19 de abril de 2024

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Condenaron a mujer que explotaba sexualmente a jóvenes de Santa Fe

La sentencia fue dictada en el Tribunal Oral Federal y alcanza a una mujer que explotaba sexualmente a jóvenes vulnerables en prostíbulos de la ciudad del Departamento Castellanos.

Una mujer de la ciudad de Rafaela fue condenada en el Tribunal Oral en lo Criminal de Santa Fe por haber explotado sexualmente a chicas oriundas de la capital provincial y también de nacionalidad dominicana en la zona de Villa Dominga, de la localidad del departamento Castellanos.

El fallo, que lleva la firma del juez Luciano Lauría, impuso a Herrera una pena de cinco años de prisión, pero además le unificó otra condena anterior, también dictada en el tribunal santafesino este año, por lo que la sentencia quedó en ocho años y seis meses de prisión.

Ademas el fallo también alcanzó a un hombre identificado como José Luis Vega (52), actualmente preso en el penal de Marcos Paz (provincia de Buenos Aires) quien fue condenado a cinco años y seis meses de prisión por haber brindado los medios para que la mujer explote a las mujeres.La reciente condena fue luego de un acuerdo abreviado que fue cerrado entre la fiscal auxiliar ante el tribunal, Jimena Caula y los abogados defensores Fernando Sánchez (de la defensa oficial) y Hernán Domenella y Pablo Mosconi.

Vulnerabilidad

La causa tuvo su origen el 10 de abril del 2014 cuando una persona anónima llamó a la sede de la Dirección Especial de Prevención y Sanción del delito de Trata de Personas Delegación Rafaela y denunció que en una vivienda de calle Jaime Ferrré, se encontraban jóvenes que ejercían la prostitución en claro estado de vulnerabilidad. "Se encuentran femeninas ejerciendo la prostitución, donde además una señora del apellido antes mencionado, le sacaría el dinero a esas mujeres que se encuentran realizando ese tipo de actividad", dijo al respecto.

Por el caso, inicialmente, se concretaron dos allanamientos en inmuebles ubicados en calle Alvear al 1300, y en calle Edison s/n. Ambos fueron realizados por agentes del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata. A partir de allí, los investigadores del caso pudieron establecer que tanto Vega como Herrera eran los principales implicados en la causa. De hecho, mediante escuchas, detectaron que la pareja acogía y recibía mujeres de escasa instrucción educativa y sumergidas en la pobreza, muchas de ellas de origen dominicano, para luego explotarlas sexualmente en distintos prostíbulos de Rafaela.

El quiebre de la organización, de la cual también participaron otras personas, se dio el 27 de mayo del 2019, cuando los investigadores desplegaron una serie de allanamientos en donde fueron detenidos Vega y Herrera. Estos dos últimos fueron acusados por el fiscal Gustavo Onel de haber acogido a tres mujeres en una vivienda de Edison al 200 de esa jurisdicción desde una fecha que no logró establecerse para someterlas a la prostitución constante y así lograr obtener ganancias.

Según consta de la elevación a juicio que realizó Onel, Herrera, era la encargada del lugar, de la gestión y registro de pases sexuales, como así también de la recepción de las víctimas. No obstante, la causa también detectó que, en otro domicilio, en Alvear al 1300, una mujer de República Dominicana era también quien regenteaba a mujeres para la explotación sexual.

En uno de los allanamientos, los investigadores irrumpieron en una suntuosa propiedad de Pucará al 1300

Explotación documentada

De la causa surgió que Herrera fue quien recibía a las mujeres y les indicaba cuáles iban a ser sus “ingresos” y además que por cada “pase sexual” tendrían una retención del 50 por ciento. En cuanto a los montos, una de las víctimas manifestó que el valor de los pases oscilaba entre “$400 y $600 pesos según el tiempo exigido por el cliente”. En tanto las otras dos que declararon en cámara gesell refirieron que el valor era de “$400 y podía llegar a los $1500”.

Las tres mujeres indicaron además que les eran descontados los gastos de alimentación, higiene y limpieza del lugar, como así también que Herrera les indicaba estrictamente cómo debían vestirse y la posición que debían adoptar para atraer clientes en la puerta del domicilio.

Como prueba evidente de la explotación, en dos cuadernos que fueron secuestrados, los investigadores detectaron que allí figuraban anotaciones tales como: "Karen”, “Sole”, “Flor”, “Mari”, “Ale”, “Dai” y “Daiana”, “Karen”, “Sole” y “Guille” junto con valores consignados a cada una de ellas. En dichos escritos, además figuraba el nombre de “José”, en clara alusión a Vega, el cual pasaba por el domicilio para cobrar “el alquiler”. Por otro lado, en la suntuosa casa donde vivía Vega, en barrio Villa Aero Club, los investigadores secuestraron 3.600 euros, ocho mil pesos, y un puñado de dólares y reales, que se presume era parte de la ganancia obtenida por la explotación sexual.

Con información de Aire Digital